Hasta ayer tu exixtencia consistía en juntarte a estudiar para un parcial, pero ahora de repente, tenés que asistir a reuniones de equipo y atender a los clientes. Se supone que debés mostrarte como una empleada desenvuelta...pero todavía te sentís una nena.Convertirte en una profesional no es tan dificil como parece , solo tenés que aplicar algunas estrategias.
USÁ EL UNIFORME. Aunque te sientas disfrazada, la forma más rápida de sentirte una adulta es vestirte como tal. Esto significa erradicar de tu vestuario (al menos del laboral) todo aquello que solías ponerte para ir a la facu o salir con tus amigos y agregarle a tu look algunos accesorios profesionales, como un saco de buen corte o una cartera adecuada. De todas formas no se trata de ir disfrazada. Sé vos misma, pero ubicá tu imagen en el contexto en el que estás. Lo importante es no irse a los extremos: no debe ser demasiado informal, ni tan formal que te veas artificial. Tambiés es importante respetar la relación entre el vestuario y el cargo: no te vistas como tu jefa. Que tu ropa refleje el lugar en el que estás: el de una empleada nueva y con ganas de progresar. Hasta que encuentres tu estilo laboral, es mejor comprar piezas básicas (pantalón, falda, remera y saquito) en colores neutros. No uses nada demasiado estridente ni muy impactante: recordá que querés integrarte. Hacer una declaración de principios de moda dentro de la oficina podría dañar seriamente tu imagen.
HABLÁ COMO UN ADULTO. ¿ Alguna vez conociste a alquien que parecía muy sofisticado... hasta que abrió la boca? Bueno, ¡qué eso no te pase a vos! La forma en que hablás tiene un impacto enorme en tu imagen laboral. Una persona que no sabe expresarse de una manera formal y evolucionada da a entender que su cabeza (la matriz del lenguaje) también está en un estadio inmaduro. Y cualquier gerente necesita ver en sus empleados señales de madurez.
Por suerte hay algunas vías sencillas para mejorar tus habilidades lingüísticas. Primero transformá tus preguntas en afirmaciones. En vez de decir: "¿Avanzamos mucho en ese meeting, no?", señalá: "Fue una reunión muy productiva". Empezá a contarles a tus compañeros lo que pensás, no lo que sentís. Por ejemplo: "Creo que esta táctica funciona mejor", en vez de "Me encaaaaanta esta estrategia". Cuando estés con nuevos clientes o compañeros, presentate con tu nombre y apellido: "Hola soy María Eugenia Gimenez". Esto suena mucho más profesional que: "Hola, soy Euge".
En las reuniones mostrales a tus colegas que estuviste escuchándolos reflejando sus propias palabras. Por ejemplo: "Carlos dijo la semana pasada que necesitamos fortalecer nuestro programa de reclutamiento. Pensé algunas cosas al respecto". Desarrollá tus ideas del modo más claro y rápido posible. No cuentes una versión extendida del asusnto y menos aun digas cómo te surgió la idea ("Resulta que estaba hablando con una amiga por teléfono y entonces...")
Nunca des ningún tipo de cátedra. Cuando sos nueva dentro de una organización, lo importante es que mires y aprendas, y no que te desubiques con teorías sobre lo que pensás que deberían hacer en la empresa. No hay nada peor que un recién llegado que habla de cosas sobre las que no sabe nada.
DECÍ "no sé" SIN SENTIRTE UNA IDIOTA.
En algún momento va a ocurrir: tu jefe va a solicitarte el reporte DBL o una compañera te va a pedir que enciendas la máquina TRC. Y vos no vas a saber de que cuernos te están hablando.
Cuando sos nueva en el trabajo, nadie espera que comprendas el negocio en términos microscópicos. Pero sí que puedas decir "no se" sin sentir que eso destroza tu ego. "Ser responsable no consiste en decir "si" a todo, sino en saber en que momento decir "no puedo" o "no se" y lo más importante hacerte cargo de ese desconocimiento. Si no sabás de qué te están hablando, buscá despejar esa duda con tus compañeros de trabajo. En última instancia, blanqueá tu desconocimiento ante tu jefe. Lo fundamentas es que lo digas. Mucho peor que eso es decir "si" y entregar a último momento algo equivocado. La mayor parte de los gerentes prefieren que sus empleados admitan una confusión, de todas maneras eso no significa que te quedes con el "no se" para siempre, en esta etapa se espera que aprendas pronto.
ACEPTÁ LAS CRÍCIAS SIN EXCUSAS...NI LÁGRIMAS.
Tu jefe te dice que necesitás administrar mejor tu tiempo. Un cliete se quejó de que lo atendiste a las apuradas. Tus compañeros comentan que tu presentación fue confusa. ¡Ay! Aunque las críticasnegativas pueden ser capitalizadas en el largo plazo, duelen mucho cuando las escuchas. Así como es importante demostrarles a tus superiores que te tomás seriamente sus comentarios, también lo es controlar tus emociones: las lágrimas o las excusas no ayudan. No importa cuántas ganas tengas de tirarte a lorar en la cama, mantenete calma y escuchá cuidadosamente todo ese doloroso reporte. La autocrítica es fundamental.Te conviene admitir tus debilidades. Tenés que ser receptiva y madura ante las críticas, y no tirar la pelota afuera sino hacerte cargo. Si te comportás de esta manera, tu palabra ganará credibilidad.
Si tu jefe te responsabiliza por algo que no fue tu culpa, no digas:"Eso lo hizo Juan" ni nada parecido. Aun cuando Juan sea el que se equivocó, señarlo no te va a hacer bien, e incluso podría perjudicarte. Para tu jefe lo que importa es el resultado. Además, echarle la culpa a un compañero puede verse como una actitud infantil. Mostrate interesada por sus críticas, no importa de quién haya sido el error. Luedo dale una explicación clara de tu versión, daja afuera las emociones y mostrate compormetida a solucionar el problema, o al menos a procurar que no vuelva a ocurrir, aunque no seas quien lo causól. Una alternativa es preguntarle a tu jefe: ¿Tiene algunas claves par manejar a los clientes que no saben lo que quieren?. De esta forma, no solo sobrevivirás a las caídas y a los raspones, sino que probablemente impresiones a tu superior con tu confianza y madurez.